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Prólogo

Con la fuerza de nuestro Carisma tratamos de unir la vida contemplativa y las diversas actividades apostólicas, y de ser «sal de la tierra» y «luz del mundo» (cf. Mt 5,13-14).

Seremos verdadermente felices cuando acercaremos a muchas personas a Dios a traves de nuestras vidas. Madre Julia

Ser consagrado

Nuestra primera misión es dar testimonio de Jesús, que vivió en este mundo pobre, casto y obediente. A través de nuestro “ser consagrado” queremos anunciarlo y hacer que los hombres sean conscientes de que la salvación y la vida eterna la recibimos de Él.

Jesús, queremos vivir tu Evangelio incondicionalmente, para así proclamarlo. Madre Julia

Vida comunitaria

Como hombres y mujeres consagradas, queremos ser «expertos de vida comunitaria» (Papa Francisco). Vivimos en comunidades pequeñas o más grandes. La complementariedad entre todos es un elemento esencial de nuestra vocación.

Nuestras comunidades deben ser células de unidad y de paz. Madre Julia

Intenciones

Comuníquenos sus intenciones. Rezaremos por Usted.

Intenciones

Oración de intercesión

Con la Liturgia de las Horas, el Rosario, la Adoración eucarística y otras oraciones, presentamos a Dios las preocupaciones, súplicas y esperanzas de los hombres. La oración por los vivos y muertos es una obra de misericordia. (Comunicadnos vuestras peticiones)

Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Concilio Vaticano II (GS 1)

Nuestras casas

Muchas personas vienen a nosotros, rezan con nosotros y compartimos juntos la fe. Los niños, jóvenes y adultos reciben catequesis. Los sacerdotes se encuentran en ambiente fraterno. Personas que buscan orientación reciben dirección espiritual. Queremos que muchos, a través de la convivencia con nosotros, experimenten a la Iglesia como una Familia de Dios.

Thalbach

El Monasterio de Thalbach, en Bregenz (Austria), es un hogar para nuestra Familia espiritual. En el año 1436, comenzó en este lugar una comunidad de vida consagrada. Aquí vivieron por mucho tiempo comunidades de hermanas franciscanas y dominicas. En el año 1983, y a petición de las hermanas dominicas, “La Obra” se hizo cargo del monasterio. En la Iglesia, donde se encuentra la tumba de Madre Julia, se venera a María “Sede de la Sabiduría” (siglo XIII).

Collegium Paulinum

Los futuros sacerdotes de la comunidad se forman en el Collegium Paulinum de Roma, y en distintas Universidades Pontificias. La cercanía al Papa y el encuentro con fieles de todo el mundo nos hacen experimentar la universalidad de la Iglesia católica.

Geluwe

Madre Julia nació en Geluwe (Flandes Occidental, Bélgica). Vivió casi veinte años con su familia en su pequeña casa. Allí es donde recibió gracias particulares que Dios le otorgó para la fundación de “La Obra”.

Nuestras casas

Las distintas casas son para nosotros lugares en donde nos sentimos en familia y podemos acoger a otras personas. Nuestras casas y viviendas son muy distintas en cuanto a grandeza y estilo. Ahí queremos vivir la hospitalidad evangélica. En cada casa hay una capilla. Vivimos y trabajamos en más de diez países: en Europa, en los Estados Unidos y en Jerusalén.

Los centros de “la Obra” son lugares en los cuales muchas personas pueden recibir luz y calor, en virtud de la fuerza que da la unidad y el amor. Madre Julia

Diversos servicios

Actualmente realizamos tareas, a nivel comunitario o individualmente, en comunidades parroquiales, al servicio de una Diócesis o de Comunidades de consagrados, y al servicio de la Santa Sede, en la atención a los peregrinos, en escuelas, hospitales y casas de reposo. Impartimos conferencias, damos catequesis, prestamos servicios de ayuda al prójimo. Nos empeñamos en divulgar la persona y las obras del Beato John Henry Newman  (enlace página oficial) y administramos el patrimonio teológico del Cardenal Leo Scheffczyk.

Diversos servicios

Muchas personas nos preguntan, «qué hacéis». Son muchas y muy distintas las tareas que realizamos. Lo más importante para nosotros es lo que somos. Queremos dar en todo momento testimonio del amor de Cristo hacia los hombres y de nuestro amor a la Iglesia.

¡Sed valientes! El mundo actual necesita almas que estén llenas de Dios. Madre Julia

Nuevos horizontes

Queremos seguir fielmente la voluntad de Dios. Él puede disponer sobre nosotros. Estamos dispuestos a renunciar a unas tareas y a asumir nuevas misiones en otros lugares.

Podemos esperar todo de Dios, no como espectadores pasivos sino como hombres y mujeres dispuestos a servir. Madre Julia