Con la fuerza de nuestro Carisma tratamos de unir la vida contemplativa y las diversas actividades apostólicas, y de ser «sal de la tierra» y «luz del mundo» (cf. Mt 5,13-14).
Nuestra primera misión es dar testimonio de Jesús, que vivió en este mundo pobre, casto y obediente. A través de nuestro “ser consagrado” queremos anunciarlo y hacer que los hombres sean conscientes de que la salvación y la vida eterna la recibimos de Él.
Como hombres y mujeres consagradas, queremos ser «expertos de vida comunitaria» (Papa Francisco). Vivimos en comunidades pequeñas o más grandes. La complementariedad entre todos es un elemento esencial de nuestra vocación.
Comuníquenos sus intenciones. Rezaremos por Usted.
Con la Liturgia de las Horas, el Rosario, la Adoración eucarística y otras oraciones, presentamos a Dios las preocupaciones, súplicas y esperanzas de los hombres. La oración por los vivos y muertos es una obra de misericordia. (Comunicadnos vuestras peticiones)
Muchas personas vienen a nosotros, rezan con nosotros y compartimos juntos la fe. Los niños, jóvenes y adultos reciben catequesis. Los sacerdotes se encuentran en ambiente fraterno. Personas que buscan orientación reciben dirección espiritual. Queremos que muchos, a través de la convivencia con nosotros, experimenten a la Iglesia como una Familia de Dios.
Las distintas casas son para nosotros lugares en donde nos sentimos en familia y podemos acoger a otras personas. Nuestras casas y viviendas son muy distintas en cuanto a grandeza y estilo. Ahí queremos vivir la hospitalidad evangélica. En cada casa hay una capilla. Vivimos y trabajamos en más de diez países: en Europa, en los Estados Unidos y en Jerusalén.
Actualmente realizamos tareas, a nivel comunitario o individualmente, en comunidades parroquiales, al servicio de una Diócesis o de Comunidades de consagrados, y al servicio de la Santa Sede, en la atención a los peregrinos, en escuelas, hospitales y casas de reposo. Impartimos conferencias, damos catequesis, prestamos servicios de ayuda al prójimo. Nos empeñamos en divulgar la persona y las obras del Beato John Henry Newman (enlace página oficial) y administramos el patrimonio teológico del Cardenal Leo Scheffczyk.
Muchas personas nos preguntan, «qué hacéis». Son muchas y muy distintas las tareas que realizamos. Lo más importante para nosotros es lo que somos. Queremos dar en todo momento testimonio del amor de Cristo hacia los hombres y de nuestro amor a la Iglesia.
Queremos seguir fielmente la voluntad de Dios. Él puede disponer sobre nosotros. Estamos dispuestos a renunciar a unas tareas y a asumir nuevas misiones en otros lugares.