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Prólogo

Siguiendo a Jesús nos nutrimos de las ricas fuentes espirituales de la Iglesia. Nos hacen crecer en el amor a Dios y renuevan nuestra vida. De ahí recibimos la fuerza para nuestras tareas en la comunidad, en la Iglesia y en el mundo.

Si, el Señor es bueno. Es algo estupendo vivir en comunión con Él. Madre Julia

Palabra de Dios

Todos los días escuchamos la palabra de Dios. En ella nos habla el Señor con palabras humanas. La meditación personal y el diálogo espiritual comunitario sobre la palabra de Dios nos ayudan a dejarnos poseer cada vez más por su riqueza.

Nuestra vida debe ser Evangelio vivido. Madre Julia

Eucaristía

La celebración de la santa Eucaristía es el centro de nuestra jornada. Ella es para nosotros, como para todos los creyentes, fuente y cumbre de toda la vida cristiana.

El santo sacrificio de la Misa es lo más grande que hay en el mundo. Madre Julia

Liturgia de las Horas

Con la liturgia de las horas (oficio de lecturas, laudes, oración del mediodía, vísperas y completas) alabamos a Dios y nos unimos a la Iglesia orante en todo el mundo.

Qué tesoro es esta oración para la Iglesia entera. Es un don del Espíritu Santo. Madre Julia

Adoración eucarística

La presencia de Jesús en el sacramento del altar nos atrae. Todas las tardes, y durante todo el día, dedicamos al Señor eucarístico un tiempo de manera personal o comunitaria.

Una vida de amor tiene que estar basada en encuentros y conversaciones afectuosas con el Señor en la oración. Madre Julia

Domingo

El domingo lo celebramos como día de oración y de reflexión, de descanso y gozo en el Señor, como día de la familia al servicio de Dios y de los demás. Queremos contribuir a que el domingo caracterice nuevamente la vida de muchos cristianos.

El domingo es un día que constituye el corazón de la vida cristiana. Juan Pablo II